lunes, 29 de junio de 2009

210 KM DE RUTA

A las 10h del domingo 28 de junio nos reunimos, como de costumbre, en la plaza se Santa Ana para emprender la ruta esperada entre Jaraíz y Hervas.
Hubo algunas ausencias como las de Antonio Bermejo, Jesús Paz, hermanos Tovar, Nejosa ,etc...

Sin embargo si participó nuestra invitada especial VESPER-TINA

Antes de partir presentamos las dos nuevas vespas que se unieron al grupo: la de Javier Benitez y la de Nazario.


A pocos kilómetros de la salida tuvimos el primer percance y hubo que reparar un pinchazo en la moto de Jose (jefe mecánico). Sin más, una breve parada.


Descendimos hasta el valle de Jerte y cruzamos Navaconcejo.



Hicimos una parada en Cabezuela.


En Cabezuela tuvimos que repostar los pilotos y hacer otra intervención en la moto del que os comenta, pues las luces se habían negado a funcionar. Algo tendría que ver Iberdola.





Tomamos la desviación hacia el puerto de Honduras y a medio subida paramos a refrigerar las vespas y contemplar el espectacular paisaje.


Después de una larga y peligrosa bajada (hubo algún sustillo) llegamos a Hervás.

Visitamos el museo de la moto y cada uno se acercó a la máquina que más admiraba.




Jose y Armando imaginaban pasear con estas "monturas" por su pueblo.



Nazario y Benitez buscaban un nuevo vehículo familiar para irse de vacaciones.


Luis y Alberto se relajan en los pabellones y en el mirador.

Contemplen las caras de los comensales en la foto de la izquierda (sin comida todavía en el plato) y la siguiente ya con la mesa servida (¡que alegría!)



Los cafés y las perrunillas nos los tomamos en la hospedería.


Una vez que Jimmy(Ingeniero jefe) se fumó un cigarrito comenzamos el viaje de vuelta bajando por Gargantilla.



Aquí fue donde nos pudimos llevar un gran susto, ya que Nazario,conocido como Kevin Schwantz, apuró la frenada e hizo un interior a otra vespa en la rotonda y dio con los huesos en el suelo. Todo quedó en un rasguño y poco más.
Vease la marca de la frenada en las fotos.


La vuelta continuó por el valle del Tietar.

Al cabo de 210km y varias horas de excursión llegamos al punto de partida sanos y algo cansados.


El aperitivo final no podía faltar y así despedir al grupo hasta la próxima salida.



Esa misma tarde regresé a Béjar y desde Plasencia en adelante todo estaba encharcado debido a la tormenta que había caido y de la cual nos pudimos librar por poco.
Hasta pronto vesperos.

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